5 pilares del control interno para motorizar tu productividad

Es muy común encontrar empresas tomando decisiones basadas en suposiciones o corazonadas. Esto podría funcionar en algunas ocasiones, pero no siempre será lo más conveniente para obtener productividad y rentabilidad de manera consistente en tu negocio.

 ¿Para qué sirve el control interno?

El control interno es un conjunto de prácticas implementadas dentro de una organización con el objetivo de:

  • Salvaguardar sus activos
  • Promover la eficiencia operativa
  • Garantizar la fiabilidad de la información financiera
  • Cumplir con las leyes y regulaciones aplicables
  • Minimizar riesgos de fraude, error, malversación de fondos y pérdidas financieras.
  • Promover la integridad y la transparencia en las operaciones

El sistema COSO

COSO (Committee of Sponsoring Organizations of the Tradeway Commission) es una organización dedicada a proporcionar orientación sobre gestión de riesgos empresariales, control interno y prevención de fraudes.

Son conocidos principalmente por desarrollar el Marco Integrado de Control Interno COSO, que es ampliamente reconocido como norma líder para diseñar, implementar y evaluar sistemas de control interno en las organizaciones.

Los principales componentes del control interno, según COSO

Según el marco de control interno de COSO existen cinco componentes fundamentales:

I – Ambiente de control:

Se refiere al tono de la organización y establece la base para todos los demás componentes. Aquí están los valores éticos, la integridad y la competencia del personal, así como la estructura de gobierno y la asignación de responsabilidades.

II – Evaluación de riesgos:

Consiste en identificar y evaluar los riesgos que podrían afectar el logro de los objetivos de la organización. Implica analizar tanto los riesgos externos como los internos y establecer mecanismos para responder a ellos de manera adecuada.

III – Actividades de control:

Políticas y procedimientos establecidos para garantizar que las directrices y acciones se implementen de manera efectiva. Esto incluye controles preventivos y detectivos para mitigar los riesgos y salvaguardar los activos de la organización.

IV – Información y comunicación:

Implica la generación, captura y comunicación de información relevante y confiable tanto interna como externamente. Es esencial contar con sistemas de información adecuados y canales de comunicación efectivos para respaldar el control interno.

V – Supervisión:

Supervisión continua del control interno por parte de la dirección de la organización, para asegurarse de que se implemente y funcione adecuadamente. Esto implica evaluaciones regulares, revisiones independientes y retroalimentación constante para mejorar el sistema de control interno.

 Empieza a llevar tu control interno

La productividad en tu organización dependerá de algo tan simple como la diferencia entre esperar a que las cosas sucedas, o asegurarse de que las cosas sucedan. Toma estos cinco componentes y aplícalos en tu organización y ya verás como empiezan a mejorar las cosas. ¿Te animas al reto?

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