¿Crecer o cerrar? Del control tardío a la gestión en tiempo real

¿Sabes cuanta gasolina le queda a tu negocio hoy?

En muchas pymes y startups las operaciones y las finanzas viven en mundos distintos.

El día a día se mueve rápido al atender clientes, despachar pedidos y resolver imprevistos.

Mientras todo eso ocurre, la información financiera que debería guiar tus decisiones puede que se actualice tarde, o tal vez nunca.

 Ese desfase crea un problema silencioso, lo que provoca que se toman decisiones con datos incompletos o desactualizados, y cuando la realidad golpea, ya es tarde para corregir.

Un caso que se repite

En nuestra firma, vimos un caso de un negocio que tenía muy buen volumen de ventas, sin embargo, por suposiciones y cansancio mental, nunca revisaron su flujo de caja real, y cuando quisieron reaccionar, ya no había disponibilidad para cubrir pagos. Esto provocó que los proveedores cortaran entregas, lo que a su vez dejó a clientes quedaron esperando. La confianza se quebró, y al final terminaron recurriendo a préstamos.

 El sistema que tenían no estaba mal, pero no proyectaba un flujo de caja real y dinámico.

No había conexión entre la contabilidad, el presupuesto y las operaciones diarias.

En este caso y en muchos otros, los dueños, por experiencias pasadas dolorosas debido a la falta de liquidez, evitaban enfrentar el tema de flujo de caja, el resultado: un negocio con ingresos, pero sin control real de su oxígeno financiero.

Cómo cerrar esa brecha

Para evitar este escenario, el control debe dejar de ser un reporte mensual y pasar a ser un sistema vivo.

A continuación, tres pasos que aplicamos con éxito:

  1. Control diario y semanal de operaciones: registramos ingresos y gastos sin retrasos, medimos rentabilidad por semana y revisamos indicadores clave antes de que se acumulen los problemas.
  2. Flujo proyectado a 3 meses: No se trata de adivinar, sino de proyectar tomando como base los compromisos reales y tendencias. Con esto da tiempo para anticiparte a caídas y aprovechar excedentes.
  3. Comparar lo proyectado vs. realidad mensual: Evaluamos cada mes qué tanto se ajustó la realidad a lo planificado, y ajustamos procesos para cerrar las diferencias.

La imagen más clara

Si sales a una carretera larga sin mapa, sin GPS y con el tanque de gasolina a medias,

tal vez avances un rato, pero no sabes si llegarás, ni cuánto te falta para quedarte varado. Por eso, cerrar la brecha entre operaciones y finanzas no es un lujo, es una necesidad urgente. Cuando cada paso que das está conectado a datos reales y proyecciones claras, dejas de conducir a ciegas y comienzas a avanzar con seguridad hacia tus metas.

La pregunta es: ¿puedes permitirte seguir sin saber cuánta gasolina le queda a tu negocio?

ISMAEL VALDEZ 14 de agosto de 2025
Compartir
Archivo
Iniciar sesión dejar un comentario
Cómo transformar tu contabilidad en una ventaja competitiva